jueves, 13 de enero de 2011

UN NUEVO CURSO





Queridos amigos, lectores y no tan lectores, volvemos a contaros lo que hacemos en el club de lectura de la biblioteca Lázaro Carreter, en Villanueva de la Cañada. Durante el primer trimestre hemos leído "Las aventuras de la familia Melops", un clásico del año 1978, escrito e ilustrado por Tomi Ungerer ("Los tres bandidos")y recuperado en España por la editorial Anaya. Para conocer mejor a este gran autor e ilustrador nos hemos inventado la parte escrita de su libro "Los tres bandidos" y este ha sido el resultado:


Los tres villanos



Había una vez tres bandidos que salieron de caza. Tenían un trabuco, una bocina que echaba pimienta y un hacha roja. Cogieron sus armas. El más pequeño tenía la bocina de pimienta, el mediano el hacha y el más alto el trabuco.
Con todo ello se fueron a robar. Cuando la gente les veía, los más valientes salían corriendo y las mujeres se desmayaban. La bocina de pimienta les servía para hacer estornudar a los caballos. Con el hacha destrozaban las ruedas de los carruajes . A veces se llevaban el dinero de la gente y el bandido de la espalda torcida se llevaba los tesoros.
Una noche habían dado un golpe muy bueno y habían conseguido un cofre lleno de monedas de oro. Cuando robaron su tercer carruaje de la noche, encontraron a una niña huérfana, sin padres y con una muñeca. La niña, al ver a uno de los bandidos dijo:
-¡Mamá!
Uno de los bandidos cogió a la niña y la llevó a la torre, donde la acostó en una cama. Cuando la niña se depertó, vio los cofres llenos de tesoros y preguntó.
-¿Para qué queréis estos tesoros? Los bandidos no lo habían pensado.
Decidieron construir un puente que llegara a su torre y así poder llevar a otros niños huérfanos que necesitaran su ayuda. El bandido de la espalda torcida, guiaba a los burros porque eran ciegos y allí montaban a los niños que no tenían padres ni casa y les conducían a sus torres. Allí llegaron a construir una pequeña ciudad donde todos los niños llevaban capas rojas y sombreros rojos.
Y así fue como la ciudad, los niños y los bandidos vivieron felices y tranquilos.

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